24 may 2014

NEPAL II: La montaña y los pájaros


Teniendo tan solo dos semanas para conocer algo el país había que elegir entre las selvas del sur y las montañas del norte. Y claro, quién va a Nepal y no se hace un trekking de unos cuantos días aspirando a acercarse, al menos un poco, al rosario de picos nevados que conforman el techo del mundo.

Alguno pensará que en dos semanas se puede visitar ambos espacios. Deducción errónea y se lo voy a explicar enseguida. El trayecto entre Kathmandú y Syabrubesi, que es la puerta de entrada a la ruta que nos llevará hasta Langtang a 3500 metros de altitud aproximadamente, con una distancia de 120 kms. es cubierta por este valiente vehículo en unas nueve horas que se hacen eternas mientras las pilas de sacos aumentan en el pasillo central y para salir tienes que escalar literalmente en el interior de la guagua..


La más valiente camino de las cumbres.
Cualquiera diría que no es 4x4.
El Expreso que tomamos a la vuelta reduce ese tiempo en una hora y media más o menos, ... si todo va bien. Pero ¿de quién es la culpa? Pues si hubiese que hablar de un culpable habría que señalar a la carretera infernal que convierte el trayecto en una aventura comparable a lo que esperas del trekking en sí.


La puerta de la guagua siempre permanece abierta.
En ella, el cobrador y ayudante del conductor pulsa un timbre con mayor o menor insistencia,
dependiendo de la proximidad al borde de la ladera.
Llega un momento en que cuando suena el timbre prefieres no mirar por la puerta.

En un trayecto no apto para cardiacos, en el que cuando se cruzan dos vehículos, la falta de espacio se suple con pura pericia y el conocimiento de un terreno que algunas veces parece capacitado solamente para vehículos todo-terreno, cuando llegas a tu destino tienes la sensación de haber superado una prueba y la montaña te da la bienvenida. Es el momento para darte una alegría y brindar con una Everest, por lo realizado y por lo que viene.

Ya se nos había quitado la cara de susto.
Y por fin, la montaña.

Mochila al hombro y a disfrutar de una montaña que, en contra de lo que me esperaba, estaba llena de pájaros. Pájaros en el lecho del río, pájaros en los bosques de ribera, pájaros en los poblados a 3000 metros de altitud... el paraíso jejejeje.....

Plumbeous Water Redstart (Rhyacornis fuliginosa)

El trekking de Langtang discurre, salvo en contadas ocasiones, muy cerca del río Langtang (imaginación al poder) ascendiendo por bosques y praderas que se combinan con largas escaleras esculpidas en el suelo, por las que cada día ascienden decenas de porteadores llevando a la espalda con esa peculiar banda en la frente, todo tipo de materiales que surten a los poblados de la montaña. Planchas de madera, sacos de todo tipo, rollos de manguera y varillas de acero, cualquier cosa susceptible de ser instalada en la espalda es izada paso a paso, día tras día en la senda que lleva a lo más alto.


Gavillas de acero a hombros en dirección a Langtang.

Al margen de la vida humana, la montaña despliega sus mejores galas para quien quiera apreciarlas.



A medida que avanzas, el río y el bosque te preparan para lo que viene, cuando en una curva del camino, aparecen por fin, los primeros picos, algunos de seis o siete mil metros de altura. 



La vegetación comienza a abrirse, los prados y las pequeñas mesetas se suceden cada vez más a menudo y las coníferas ocupan el espacio del colorido bosque de los márgenes fluviales. Y los pájaros sorprenden por la cantidad en altitudes donde no suelen ser muy numerosos.

Blue-fronted Redstart (Phoenicurus frontalis)

A lo largo de todo el camino, se suceden pequeños poblados que te ofrecen la posibilidad de comer y dormir y, de repente, te descubres inmerso en un recorrido por poblados tibetanos, y las montañas adquieren un carácter aún más mítico si cabe.


Yak pastando mientras mira de reojo a los turistas:
"Con esta gente rara nunca se sabe".

Y así paso a paso, vas ascendiendo hasta los llanos desérticos que rodean a Langtang. Pero eso se lo cuento en la próxima entrada.