El verano se va acercando poco a poco, entre días nublados y
otros que amenazan con derretirte si te quedas mucho tiempo al sol. Nubes violáceas se apoderan del cielo y
oscurecen la actividad de la ciudad, derraman toneladas de granizos y
desaparecen con la misma velocidad con que vinieron.
Mientras, los muelles de Western Australia van recibiendo
descomunales piezas de maquinaria y vehículos destinados a la industria minera.
Sobre los contenedores de mercancía, asoman inmensos neumáticos de varios
metros de altura; los carriles de las autopistas son bloqueados por enormes
piezas de maquinaria que ruedan lentamente hacia la inmensidad de la Australia
interior, en camiones adaptados para la ocasión. Oversize es una palabra que
lees continuamente en las carreteras, referida a estas moles rodantes que
ralentizan el tráfico antes de perderse en una nube de polvo rojo camino de las
entrañas de la tierra.
A la vez que esto sucede, multitud de seres de talla
radicalmente opuesta, inician su actividad después del ciclo invernal. Reptiles e insectos hacen
aparición en la vida cotidiana. Las serpientes reptan entre los matorrales,
cruzan los caminos de arena que llevan a la playa y se dejan ver en los
parques, entre ciclistas, parejas que pasean y deportistas que no ponen
atención al furtivo movimiento entre las hebras de césped.
El gran momento ha llegado, y si, para estos animales
significa el período de mayor actividad del año, para mí es una gran
oportunidad de observar seres que jamás imaginé tener delante.
Como es el caso de uno de los insectos emblemáticos de
Australia: Red Back. Es una araña de la familia de las viudas negras y de
peligrosa picadura, que puedes encontrar en el marco de la puerta de la casa, en
la terraza o en cualquier rincón donde pueda establecer su red de acecho. En
este caso estaba en una de las sillas de la terraza, con su brochazo rojo en el
dorso (de ahí el nombre) como avisando de su peligrosidad.
Red Back |
Cambiando de tercio... (un poco al menos).
Hace meses, estuve en Yanchep, un Parque Nacional al norte
de Perth. Es un buen sitio para dibujar canguros, pero son tan confiados que no
representan una experiencia como cuando observas una especie en su hábitat.
En esta ocasión he vuelto a Yanchep pero mucho más al norte,
alejado de la zona turística, donde la carretera se anima a ascender y asoma
frente a un sugerente valle poblado de eucaliptos, banksias y otros árboles que
todavía no he conseguido conocer. Mi buena amiga Gabriela Petrovajova, no había
visto los canguros y, aunque en primera instancia íbamos a ver los del Parque,
decidimos intentar verlos donde no parecieran animales de zoológico.
Fue una gran decisión. Aparte de descubrir una especie de
cuco que no había observado aún, la tarde nos deparó un inesperado encuentro.
Los canguros aparecieron pronto, a lo lejos al principio,
pero logramos acercarnos lo suficiente para sacar algunas fotos y observarlos
perfectamente con los prismáticos. Pequeños grupos de Grey Western Kangaroo
trotaban entre los claros del bosque como duendecillos saltarines que jugasen
al escondite con nosotros. Los pequeños, más nerviosos, iniciaban repentinas
carreras que duraban unas pocas decenas de metros pero que servían para
disfrutar de esa peculiar forma de correr que tienen, como si un poderoso
muelle los elevase sobre sus patas traseras sin aparente esfuerzo por parte del
animal.
Viéndolos correr, no te parece estar viendo a un mamífero, te da la
sensación de observar a un animal arcaico, una forma de vida que no ha seguido
el curso evolutivo con el resto.
En esas estábamos, acercándonos despacio e intentando no
seguir una ruta directa hacia ellos, cuando nos adentramos en una zona de
tocones de árbol, alrededor de los cuales se acumulaban restos de ramas y
hojarasca. La tonalidad general era un precioso ocre que con el devenir de la
tarde se iba tostando lentamente, las pocas briznas de verde quedaban apagadas
entre el esplendor de los amarillos y los tonos tierra. Entonces, de entre esa
paleta terrosa, iniciando una retirada discreta, despacio y sinuosa, una
hermosa serpiente de cerca de dos metros de longitud se deslizó entre la
hojarasca esquivando nuestra trayectoria. De no haberse movido no nos
hubiéramos percatado de su presencia, pero decidió eludir el encuentro y
separarse unos metros. Ni qué decir tiene que el encuentro fue emocionante. La
serpiente avanzó unos dos metros y se detuvo entre la hierba seca.
De un ocre intenso, con una tonalidad caqui, todo su cuerpo
estaba moteado de pequeñas escamas marrón oscuro, sin formar una dibujo
definido. Lo único que pude descartar era que perteneciera al grupo de las pitones,
porque su cabeza era cilíndrica, como una prolongación del cuerpo mientras que
estas, tienen una cabeza triangular muy característica. Pero sin una guía de
reptiles en la mano era difícil identificarla.
Dugite o Spotted Brown Snake. |
La serpiente estuvo unos minutos observándonos. Luego, dio
media vuelta y se perdió bajo la hojarasca del siguiente tocón. Nosotros
todavía estuvimos un poco más mirando el hueco por donde se había marchado,
inmensamente felices de haberla observado. Para mí, era la quinta especie de
serpiente vista en Australia y posiblemente la que mejor experiencia me había
reportado.
Al día siguiente, en la biblioteca de Fremantle, con varias
guías de reptiles australianos pude ponerle nombre a nuestra serpiente: Dugite (Pseudonaja affinis). En este caso, la
observación correspondía a una Spotted Brown Snake, que es el nombre que
reciben las Dugite con esta coloración moteada. Las hay también con la cabeza
negra, con una coloración muy parecida a Tiger Snake (de las que les hablé en
una entrada anterior en este blog), y algunos patrones más.
Ahora continúa este tiempo caluroso que promete un sinfín de
nuevas observaciones. La próxima escapada será a las colinas de Guilford a
intentar observar a la mayor rapaz de Australia, Wedge-Tailed Eagle (Aquila audaz). Mientras, seguiremos
atentos a todo lo que se mueva.
Un saludo
Fran Torrents
3 comentarios:
Hola, Fran. Me alegra ver tus trabajos y conocer esas maravillosas experiencias por tierras tan exóticas. Un blog lleno de vida y amor a la Naturaleza. Te felicito y espero seguir conociendo tu obra y tus andanzas.
Abrazos
Y nosotros a todo lo que escribas uauuuuuuuu... se vive paso a paso, quiero confesar que sentí miedo con la araña jejejejeje. Un besazo y de nuevo gracias
Muchas gracias y enhorabuena por el blog.
Os dejo un enlace que he encontrado con un gran descuento para una colección de Nat. Geograp.
http://bit.ly/ngfebng
Un saludo
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