13 abr 2014

NEPAL I: Katmandú



Las sorpresas si ocurren en un país como Nepal son aún más sorprendentes. Como no acostumbro a preparar demasiado los viajes (apenas me preocupo por saber las condiciones del visado, buscar algunos parques nacionales o lugares donde puedas observar la naturaleza y las aves peculiares del país y poco más) cuando llego todo huele a descubrimiento.

TODO ES DE COLOR
o al menos se intenta.
Me encanta esa sensación de encontrarte con una ciudad como Katmandú sin haber previsto el caos increíble que rueda por sus estrechas y polvorientas calles, sin haberte preparado para sumergirte en esa marea de pitazos y giros bruscos en la que se desenvuelve la vida normal de esta ciudad y, en la que, sin embargo, no parece que nunca llegue a desencadenarse una situación preocupante. Sus habitantes han crecido en ese caos y se manejan en él como lo podemos hacer nosotros en nuestras ordenadas  ciudades. Así, a los dos días de caminar entre los nepalíes, te olvidas de los retrovisores que te pasan a dos centímetros del brazo, de los pitidos a la espalda y te dejas llevar por la marea de gente, bicicletas, motocicletas y coches que se mueve en todas direcciones sin que norma alguna dirija ese sinfín de itinerarios imprevisibles.

HAY SITIO PARA TODOS,
pero no intenten ordenarlo, solo hay que dejarse llevar y funciona.

PAPEL HIGIÉNICO MARCA ACME
Es lo que tiene la sencillez :)

En este país humilde, impera la tranquilidad y la sonrisa fácil, y las miradas desprenden un halo de dignidad que se extiende por dondequiera que vayas. Humildad y dignidad son los sentimientos que me acompañarán durante todo el viaje, tanto en la ciudad como en los pequeños pueblos tibetanos que visitaremos en el trekking hacia Langtang. Y una vez más, me siento un aprendiz, abro los ojos e intento asimilar la esencia y la belleza que se esconden en la sencillez de la vida nepalí. La sonrisa de la mujer que de repente ve invadido su pequeño “restaurante” local, que no habla una palabra de inglés y con la que solamente sabemos compartir un “namaste”(hola), y que sin embargo nos prepara sus noddles con toda la delicadeza del mundo, mientras una señora mayor duerme con un niño tras la siguiente mesa, en una cama disimulada en la esquina de la estancia. Una pareja de trabajadores nos mira y se ríe desde esa mesa, tal vez preguntándose, quiénes serán estos tipos raros que en vez de irse a un buen restaurante se meten en este cuchitril.

Ya habrá tiempo de ir a comer a sitios más modernos y preparados, pero no los cambio por el rato que pasamos allí. Ver cómo poco a poco la mujer se va sintiendo cómoda con nosotros y comienzan a rellenar momos (comida típica que no te puedes perder en Nepal) que devoraremos en cuestión de minutos, mientras afuera el tráfico se va ralentizando poco a poco.

ANTES MUERTA QUE SENCILLA,
las mártires de la moda.
Al salir,el cielo aparece recortado por miles de cables eléctricos que brotan de cada poste. Lo primero que piensas es, ¡cómo no va a haber cortes de luz! Me compadezco de los electricistas nepalíes aunque seguramente, igual que pasa con el tráfico, conocerán una fórmula mágica para resolver el laberinto que se esconde entre tanto rollo de cable acumulado. Por un momento la imaginación se me dispara y me imagino que Spiderman ha estado practicando con sus telarañas en esta ciudad.

SPIDERMAN STREET

En fin, Katmandú está ahí, esperando tu visita, invitándote a que te pierdas entre sus callejuelas y te dejes invadir por la sensación de que todo, pase lo que pase, va bien.


Próxima entrada NEPAL II: ¿El Tíbet en Nepal?

4 comentarios:

COSER dijo...

Muy chulo, me dan ganas de ir, pero es que no se puede estar en todos lados !!!

Fran Torrents dijo...

Jajajaja... no te quejes Alfonso, que tu curriculum viajero es difícil de superar.

Anónimo dijo...

Muy buenos viajes trotamundos fran....saludos y gran envidia sana me dice lupo, y yo le cuento que de alguna forma tus blog nos traslada a esas tierras y lugares soñados....y luego lupon se duerme pensando que ya es un poquito mas perro tibetano....en fin salud y a contar aventuras. Lupo y choro corto y cambio


Fran Torrents dijo...

Saludos, ¡qué sorpresa! Me alegro de saber de ustedes y de que mis historias les gusten. un abrazo fuerte y pronto la entrada del Tíbet nepalí.