Algo recurrente en mí cuando visito un mercado, es buscar los puestos donde se exhiben los productos marinos y dejar vagar la vista por las distintas especies que hay a la venta: cangrejos que parecen guerreros medievales dentro de su armadura, morenas de dientes afilados y mirada agresiva, alfonsiños colorados con cara de susto, peces brillantes y húmedos... texturas y colores que son una provocación para el dibujante.
En algunas ocasiones, elijo algún pescado para pintarlo. Al pescadero le resulta curioso cuando pides un kilo de caballas y le dices... "A ÉSTA no la limpies ni le hagas nada y me la pones aparte". Como el que paga manda, te la envuelve aparte y santas pascuas. Pero la intriga se le ha instalado en el puesto y cada vez que repites la maniobra se miran entre ellos como diciendo, "...éste es el del pescado aparte sin limpiar....".
Varias visitas más tarde, ha surgido algo de confianza y el pescadero te pregunta ¿por qué esa manía de llevarte siempre un pescado aparte sin limpiar? Cuando se lo dices, entonces sí que te conviertes en un TIPO RARO, uno que compra pescados para pintarlos... En los años que llevo vendiendo pescado, ésto sí que no lo había visto nunca...
Todos se miran en el puesto con cara de circunstancias y tú te vas con el paquete (con un pescado aparte) mientras le preguntan al siguiente cliente ¿lo quiere limpio verdad? deseando que no se hayan vuelto todos locos y se dediquen a comprar el pescado para pintarlo en vez de para hacer una buena sartenada...
Caballa (Scomber colias) Acuarela sobre papel CANSON de 370 g
Pues eso, nada más gratificante que comprar el pescado y pintarlo... eso sí, y luego darte un homenaje gastronómico.
¡Que lo disfruten!
2 comentarios:
Vistos los entrantes...¿Qué nos deparará el primer plato? Como buena gourmet estaré atenta al menú del maestro.
Je je... menos pajaritos fritos hay una amplia gama de posibilidades. Saludos Rosa.
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